Albarracín, escapada de fin de semana

Quienes durante el verano no tienen posibilidad de disfrutar de una largas vacaciones, Albarracín, es una excelente propuesta de escapada de fin de semana, aprovechando las ofertas de actividades y ocio que proponen diversas empresas instaladas en la zona.

Así, cuatro establecimientos hoteleros de la Sierra de Albarracín, ( Hostal Los Palacios, La Posada de Santa Ana, El Rincón de la Talega, Las Cárcavas), se han unido para proponer a los visitantes un amplio programa de actividades que les permitirá descubrir las bellezas de esta ciudad medieval y sus alrededores con una increíble variedad de recursos naturales.

Este programa se desarrollará durante todo el verano y la idea es extenderlo más allá de la estación cálida teniendo en cuenta que la zona ofrece variadas ofertas de ocio que pueden disfrutarse durante el resto del año. El programa incluye la iniciación en los fundamentos de la astronomía además de aprender a diferenciar las diferentes especies de setas que colman los campos de los Montes Universales.

El senderismo y pastoreo también están incluidos en estos programas y las propuestas de alojamiento son igual de atractivas que las actividades ya que los viajeros podrán hospedarse en albergues con estilo, hoteles con encanto e inclusive casas rurales en las que se aúnan de forma eficiente tranquilidad y confort, sin olvidar los hoteles en centro histórico de Albarracín y aquellas que ofrecen vistas a la sierra y al río Guadalaviar.


Varios centros de interpretación funcionan en toda la región y se han transformado en piezas claves para la conservación de la zona, ofreciendo además materiales divulgativos sobre todos los espacios naturales que establecen su ubicación y recursos naturales.

Asimismo, la mayoría de estos centros disponen de audiovisuales y su acceso es libre y gratuito para los visitantes que pueden también participar de las diferentes actividades que cada año se diseñan para conocer cada rincón de esta región.

Por su parte, la ciudad de Albarracín, un verdadero tesoro histórico y cultural, conserva su estampa igual que la que tenía en el siglo XVII con sus monumentos magníficos como las torres del Auga y la del Aguador que datan de la época de Banu Razín.

De la época feudal aún se conserva la Torre de doña Blanca, a la que se asocia con diversas leyendas oníricas que también recorren sus intrincadas calles y se adentran hasta la Plaza Mayor y en la Catedral del Salvador o el Palacio Episcopal del siglo XVII.

Un pueblo de gente hospitalaria que muestra orgulloso cada uno de estos rincones con la intención que no pasen desapercibidos a los ojos del visitante como la iglesia de Santiago, frente a la Casa de Santiago que en otro tiempo perteneció a esta Orden de Caballeros y que aún hoy atesora escondrijos interesantes que merecen una visita.

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