La gastronomía de Albarracín es una mezcla perfecta de la culinaria musulmana tradicional con las recetas clásicas de la cocina de montaña con productos de la tierra y bocados deliciosos donde los hongos como las cagarrias, aceiteros o las setas sanjuaneras que le brindan ese toque tan personal a cada plato.
Un verdadero paraíso micológico la Sierra de Albarracín con sus diversos microclimas permiten el desarrollo de variados hongos y setas que según los expertos alcanzan a más de mil especies diferentes.
Durante la primavera y el otoño se realiza la recolección de estas delicias que van desde los denominados “hongos porros” hasta la famosa “trufa negra”.
También las piezas de caza es otra de las delicias que ofrece la naturaleza de la sierra donde habitan ciervos, jabalís, conejos y liebres además de perdices y codornices dejando su impronta en las más tradicionales recetas de la cocina serrana.
Innumerables recetas y formas de preparación combinan las carnes de caza con otros productos de la tierra como los espárragos, con predominio de la carne de caza mayor donde es muy valorada la carne de ciervo y jabalí, siendo la Sierra de Albarracín una excelente plaza para la caza de esta piezas, con las que también se elaboran sabrosos embutidos tanto caseros como de tipo más industrializados.
Los guisos y carnes a las brasas son muy populares en toda esta zona y el guiso de toro es sumamente popular sobre todo cuando se festejan eventos en los pueblos serranos, siendo habitual también la deliciosa carne de cordero hecha a la brasa.
Y para completar una buena comida nada mejor que un dulce postre sobre todos aquellos hechos de forma artesanal en hornos de leña entre los que se destacan las magdalenas y tortas finas o las clásicas rosquillas.
Un amplio exponente gastronómico se despliega en la Sierra de Albarracín y nada mejor que degustarlo en alguno de sus restaurantes más tradicionales de la bonita villa medieval que ofrece establecimientos clásicos como el Asador de Albarracín.
Este restaurante ofrece menús diarios sumamente asequibles y también opciones a la carta como parrillada o mariscada que pueden degustarse en un ambiente cálido y acogedor en un amplio comedor con fogón.
Entre las especialidades que ofrece el Asador de Albarracín además de las parrilladas de mariscos y pescados el lugar ofrece productos de cerdo como longanizas y chorizos además de su famoso plato de ternasco de Aragón, sin olvidar las magníficas tapas que se sirven en la barra.
Estuvimos comiendo, este fin de semana en el Asador de Albarracín. y la verdad que la calidad-precio es inmejorable. Totalmente recomendable a todos aquellos que visiten Albarracín. Nuestra pena fue que encontramos este sitio el ultimo dia de nuestra estancia, pero volveremos seguro.
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